La mascota de Noe: un recuento
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Este libro se puede encontrar en la biblioteca del Priorato de Durmand en el Paso de Lornar.
Texto
Noe tenía frío. Sabía que Roble Blanco había dejado caer unas hojas con las que podría hacerse una buena manta, y corrió a reunir unas cuantas. Puso un montón en su capa: un puñado, dos puñados, tres... una cara.
- No estaba muerta, pero no estaba completamente viva. Noe la miró, la tocó, le susurró, pero nada la despertó. NOe apiló las hojas a su alrededor. La criatura estaba herida y sangraba.
- La noche estaba al caer, así que Noe se tumbó junto a la criatura y puso su capa sobre ambas. A la mañana siguiente, le examinó la herida. "Sé lo que necesitas, garbancito."
- Mientras buscaba a Níscalo Llorón, saludó en susurros a Ladrapelo y a Lady Helecho. Se arrastró debajo de Holly, pero Níscalo no estaba allí. Entonces, Noe vio a Níscalo, en una arboleda repleta de krait.
- "Peligro", murmuró. Se arrastró hasta el borde de la arboleda, le susurró a Níscalo y se llevó varias de sus cabezas. Y entonces, un krait le lanzó un cuchillo y le dio en el brazo.
- Noe huyó hasta la densa maleza, donde los krait no la seguirían. Níscalo podría haberle curado el brazo, pero no lo utilizó. Níscalo era para su criatura. Lo colocó en la herida de la criatura.
- La criatura abrió los ojos, parpadeó... y le mordió la mano. Sus afilados dientes le hicieron sangre.
- "No temas", le dijo. La criatura volvió a desmayarse.
- "Cuando estés mejor, mascota mía", le dijo, "nos iremos de este lugar y correremos aventuras juntas".
- Entonces, una mañana, la criatura abrió los ojos. Con miedo de que la mordiera otra vez, Noe se alejó. "Bienvenida al mundo consciente", dijo. "Soy Noe y tu eres mi mascota". Su criatura parpadeó.
- Volvió a parpadear y se sentó. "No soy tu mascota, estúpido helecho". Se miró la herida y el Níscalo. "Vaya. Primitivo. Pero eficaz".
- La diminuta criatura de Noe se puso a dos piernas. Sus orejas se levantaron a ambos lados de su cabeza. "Soy un asura. No una mascota". Noe sonrió.
- Su criatura dijo: "Tengo que irme". Noe observó como la criatura se adentraba en el bosque. "Bueno..." dijo. AL instante, se levantó y la siguió: "mascota mía".
- La diminuta criatura de Noe se puso a dos piernas. Sus orejas se levantaron a ambos lados de su cabeza. "Soy un asura. No una mascota". Noe sonrió.
- Volvió a parpadear y se sentó. "No soy tu mascota, estúpido helecho". Se miró la herida y el Níscalo. "Vaya. Primitivo. Pero eficaz".
- Entonces, una mañana, la criatura abrió los ojos. Con miedo de que la mordiera otra vez, Noe se alejó. "Bienvenida al mundo consciente", dijo. "Soy Noe y tu eres mi mascota". Su criatura parpadeó.
- "Cuando estés mejor, mascota mía", le dijo, "nos iremos de este lugar y correremos aventuras juntas".
- Noe huyó hasta la densa maleza, donde los krait no la seguirían. Níscalo podría haberle curado el brazo, pero no lo utilizó. Níscalo era para su criatura. Lo colocó en la herida de la criatura.
- "Peligro", murmuró. Se arrastró hasta el borde de la arboleda, le susurró a Níscalo y se llevó varias de sus cabezas. Y entonces, un krait le lanzó un cuchillo y le dio en el brazo.
- Mientras buscaba a Níscalo Llorón, saludó en susurros a Ladrapelo y a Lady Helecho. Se arrastró debajo de Holly, pero Níscalo no estaba allí. Entonces, Noe vio a Níscalo, en una arboleda repleta de krait.
- La noche estaba al caer, así que Noe se tumbó junto a la criatura y puso su capa sobre ambas. A la mañana siguiente, le examinó la herida. "Sé lo que necesitas, garbancito."